En todos los casos, la superficie a pintar debe estar firme, seca y limpia. Cepillar y limpiar la superficie a tratar eliminando todo vestigio de suciedad como ser polvo, grasitud, ceras, jabones, material descascarado, verdín, moho u hongos. También eliminar restos de pintura si las hubiera. Utilizar cepillo duro o hidrolavadora si fuese necesario. En caso de existir musgos u hongos eliminarlos con lavandina diluida en un 70% de agua dejando actuar para luego enjuagarla con abundante agua. En todos los casos asegurarse de que la superficie este bien seca antes de aplicar. En caso de superficies cementicias asegurarse de eliminar restos alcalinos lavando con una solución de ácido muriático al 10 % en agua, enjuagar muy bien y dejar secar. Utilizar siempre elementos de protección (guantes y gafas protectoras)