Desde que recibimos la noticia de la llegada de un nuevo integrante a la familia, nos ocupamos de pensar su lugar en la casa. A medida que el tiempo pasa y los chicos crecen, sus necesidades y hábitos se modifican, y nos vemos en la obligación de adaptar también su habitación a esos cambios. Te compartimos algunas propuestas para acompañar ese proceso, sin necesidad de encarar una obra:
Al pensar en el cuarto del bebe, para evitar recaer en los clásicos rosa o celeste: podemos elegir colores intensos, cuidando la combinación con textiles y objetos decorativos se logran espacios alegres. Para generar una atmosfera romántica, optar por los tonos pastel en paredes, y textiles estampados en la misma gama para darle un equilibrio al conjunto. Si se busca un estilo más moderno, como el nórdico, optar por paredes grises, muebles en blanco o negro, toques de calidez en la ropa de cama, almohadones y alfombra en mostaza, rosa viejo o azul.
Es tendencia realizar un dibujo en una de las paredes, sin requerir la destreza de un artista, con la ayuda de cinta de pintor, podemos dibujar siluetas de montañas, nubes, formas geométricas, rayas, zigzag, etc. Otra opción, es colocar vinilos removibles: las opciones son muy amplias, desde un diseño personalizado, lunares, estrellas, o simplemente una regla para medir la altura. El esténcil también es una técnica sencilla que permite darle personalidad a la decoración, con detalles en blanco sobre un color intenso o viceversa.
Si la habitación es compartida, y el espacio lo permite, se puede dar protagonismo a sus integrantes de distintas maneras. Por ejemplo, pintando el sector de cada uno con su color favorito o formando sus nombres con letras de madera, con los tonos de su preferencia.
Para fomentar la lectura, se puede delimitar un espacio con una alfombra y almohadones, incorporando un dosel de tela o una carpa “tipi” y colocando estantes a baja altura o cajones para facilitar el acceso a los libros. Las guirnaldas de luces y los banderines de tela, ayudan a crear un entorno de fantasía.
Cuando son mas grandes, la organización es clave. Los diseños modulares son excelentes aliados, pero también hay opciones más sencillas en las que podemos reciclar objetos en desuso con un poco de pintura: distintos tipos de contenedores, como cajones de fruta en varios colores, con el agregado de rueditas, forrados en el interior con géneros estampados. Livianos y prácticos, habilitan espacios de guardado que pueden desplazarse sin mayor esfuerzo. Los percheros y ganchos colgadores completan la decoración y favorecen el orden.
Con los años, los chicos tienen nuevos gustos e intereses. A medida que el tiempo pasa, podremos adaptar fácilmente su habitación a distintos estilos y a los nuevos requerimientos, variando el color de las paredes y muebles, incorporando o quitando objetos y renovando los textiles.
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